Mientras usted duerme - Capitulo 7 - Dominó

Estaba solo en la habitación de visitantes. Al otro lado del cristal un funcionario hacia el registro de rigor a la visitante.
- Deja tus pertenencias encima de la mesa.
- ...
- Abre las piernas, flexionate cinco veces, abre la boca, sube la lengua, ok, adelante, tenéis una hora.
El cacheo dejo en ella un mal estar indescriptible, era su primera vez.
-Rosaura...-, y en seguida se vio envuelta en llantos en los brazos de su pareja.
Pasaron unos segundos abrazados y se dieron un beso en los labios cuando sus miradas volvieron a encontrarse.
- ¿Como esta el chico?
- Esta bien, muy grande, ya casi esta como tu.
- ¿Le has dicho que estudie mecánica?
- Si, y parece que no esta disconforme, pero aun esta en el instituto...
- Cómprale una moto con el dinero que nos dio mi madre.
- Ay, pero es que a mi una moto me da miedo...
- No te preocupes cariño-, y se pusieron a hacer el amor.
La habitación era grande y las paredes estaban pintadas de color rosa, al otro lado del cristal, la supuesta vigilancia de unos funcionarios. Fue un polvo incomodo, pero placentero.
- Dale esto al chico-, y saco del bolsillo de su pantalón una ficha de dominó.
- Ok.
- Dile que es para que no tome una decisión sin tener otra ficha encadenada, el me entenderá.
- Si, seguro que si.
Una voz por el sistema de megafonía advirtió de que quedaban cinco minutos y se los pasaron abrazados tumbados en la cama.
- Fin del tiempo.
- Adiós Eusebio. .
- Adiós reina mía.
Era el primer vis a vis y por desgracia el ultimo. Rosaura de camino a su casa fue arrollada por un camión que un asaltante había robado y en su intento de fuga acabo con la vida de la mujer de Eusebio.
Cuando Eusebio se enteró le entro un ataque de ira y tuvieron que ser varios funcionarios los que a duras penas contuvieron al encolerizado recluso. Al día siguiente le llamó el alcaide.
El despacho del alcaide era oscuro, apenas entraba la luz por la ventana orientada al sur. Un cuadro del rey presidia la pared de enfrente a su posición. El alcaide levanto la vista de sus dossieres y ordeno al funcionario que les dejara a solas.
- Eusebio, te vamos a conceder un permiso excepcional para que vayas al funeral de tu mujer. A propósito si vuelves a montar un pollo como el de ayer te enviamos al módulo b.
- Entendido señor Coronas.
- Vuelve a tu celda, tendrás que pasar revista ante los funcionarios, mas te vale no tener nada raro por ahí.
- Hmm...
- Gonzalez acompañe al recluso a su celda y procedan con la inspección.
En el registro no encontraron nada. No obstante Eusebio tenia una cuchilla entre las cartas de una baraja que los funcionarios pasaron por alto. 'Incompetentes', pensó.
Esa misma noche se cortó las muñecas en vertical y se desangró en la celda antes de media noche.
Su hijo no lloró pero la ficha de dominó no se separó por nunca jamas de su cartera. Le recordaba que antes de hacer algo tenia que tener un movimiento seguro y así le fue bien en la vida.

FIN