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miércoles, 6 de junio de 2018

Mientras usted duerme - Capitulo 1 - El Hotel


Se había hecho de noche y llevaban horas circulando por la carretera.
- ¿Oye porque no paramos en el primer hotel que encontremos?
- ¿Ah claro ahora que te toca conducir a ti?
- Ya conduciré mañana hasta Santiago no te preocupes.
- Mas te vale.
En la furgoneta que habían alquilado estaban los ceniceros a rebosar de colillas de porro y cigarros rebosados de cocaína. Alba se había quedado dormida detrás del asiento del piloto y al lado de la puerta corredera de la parte de atrás.
- Alba, despierta que vamos a un hotel.
- Déjame en paz...
- Tu misma -, y cuando dieron con un hotel empujaron a la fémina fuera de la furgoneta con lo que ocasiono un cabreo brutal de la chica.
- ¡¿Pero de que vais?!
- ¡No te has querido apartar por ti sola tía!
- ¡Pues me cago en tus muertos!
- Si, si vale lo que tu digas, ¿vas a venir con nosotros o te quedas en la furgoneta?
- Iros a la mierda...
- Ok, vamos Julian...
Pedro aun estaba preparándose unas rallas de speed amarillo y húmedo en el asiento del copiloto.
- Yo no creo que duerma Alba, si quieres me quedo aquí contigo.
- Haz lo que quieras...
Fernando y Julian rentaron una habitación doble y antes de media noche ya estaban durmiendo. Mientras tanto en la furgoneta...
- ¡Hostia!, ¿Alba tu tienes papel?
- No.
- Pues voy a pedirles a estos...
La noche era calurosa, desde su punto veía varias ventanas abiertas del hotel de dos estrellas, que no tenia aire acondicionado. En la recepción un hombre de aspecto rudo estaba comiendo pipas al mismo tiempo que veia en la televisión una película de acción.
- Hola, ehmm, disculpe, ¿en que habitación se alojan Fernando Cuevas y Julian Caramazana?
- ¿Eres un familiar o algo?-, dijo con total desprecio.
- Soy su amigo y miembro de la misma banda, estamos en la furgoneta de ahí afuera porque no tenemos dinero...
Se hizo un silencio antes de que contestara el recepcionista de la camisa sucia.
- Están en la veinticuatro, segundo piso.
- Gracias...
El ascensor no parecía funcionar ya que estuvo cerca de dos minutos esperándolo antes de que decidiera subir por las escaleras. Ya en el piso a mitad del pasillo vio una puerta abierta, era la veinticuatro.
- 'Me cago en Dios ya estamos'-, pensó su ansioso amigo.
Dio una vuelta por los pasillos del segundo piso y no vio ni escucho nada. Bajó al vestibulo y preguntó al recepcionista que esta vez estaba comiendo pistachos.
- No les e visto-, le dijo casi sin mirarle.
- Maldita sea-, y volvio a la furgoneta. - ¡Alba, Alba!, ¡¿has visto a estos?!
- No, ¿porque?
- No están en su habitación...
- ¿Y te extraña?, yo ya estoy hasta el coño de sus tonterías...
Pasaron la noche en vela, metiéndose speed en la furgoneta y cuando se hizo de día aparecieron Julian y Fernando.
- ¡¿Pero bueno, donde habéis estado?!
- ¡Arranca que nos hemos cargado a una tia!
- ¡¿Que?!
- ¡¿Como?!
- ¡¡Arranca coño!!
- ¡¿Pero como que os habéis cargado a una tía?
- No a sido a proposito-, intentó aclarar Julian que se le veía que había sido el artífice del asunto - Antes de que nos durmieramos una tia pico en nuestra puerta y nos invitó a su habitación y...
- ¡¿Y que?!, grito su amigo.
- Se metió una ralla de coca y se murió..., de ataque al corazón supongo...
- Vaya marronaco..., ¿que le vais a decir a la policía?
- ...
Pasaron ese día con el corazón en un puño. Al día siguiente tampoco pudieron probar bocado de los nervios que tenían. Paso una semana en la que habían tenido varios ataques de ansiedad, hasta que un día Julian se acercó al hotel y preguntó esta vez a una señora de aspecto demacrado si habían pasado a preguntar por ellos.
- No se de que me habla muchacho, ¿quiere rentar una habitación?.
- No, no...-, 'de ninguna manera' pensó.
Ese mismo día al mediodía Fernando llamó a Julian.
- Juli, me e enterao de una cosa.
- ¿Que cosa?
- Que el hotel ese en el que estuvimos esta cerrao desde mil novecientos noventa y seis...
- ¿Pero que coño?
- Eso digo yo...

FIN

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