Esa tarde había concierto en el Warlock, un antro que acogía cualquier tipo de heavy metal y rock duro. En la puerta había posicionados unos skins y un punk de ideología neo nazi. Una vez dentro una voz gutural anunciaba el inicio del concierto de una banda de death metal de Gerona de nombre como poco hereje. Al finalizar la primera canción pidieron que apagaran las luces del escenario para que la única luz que les rodeara fuera la de unas velas negras puestas sobre los amplificadores. En ese momento Jorge le preguntó a su amigo, que era habitual del Warlock:
- ¿Oye porque hay nazis en un concierto como este?
- Cállate que el que tienes detrás también es nazi-, y no se habló mas del tema.
Al finalizar el concierto algunos melenudos siguieron moviendo las melenas al ritmo de la musica diabólica que sonaba en el local, alzando el brazo derecho a su vez y luciendo colgantes con la cruz céltica.
- Mira te presento al Buchi-, dijo su amigo, - en una tarde se bebió una caja de quintos estando conmigo-.
El chaval que no media mas de un metro sesenta y pesaría unos cincuenta kilos, se sentía orgulloso de tal azaña.
- Vamos a jugar al futbolín-, dijo el demonio engulle-cerveza.
- Vale, espera que me voy a pedir una cerveza.
Al otro lado de la barra había una mujer con aspecto de vampiresa y un hombre gordo con pinta de cocainómano.
Ninguno de los dos le hicieron caso, estaban allí tan solo para servir a caras conocidas, si querías tomar algo te lo tenias que ganar y en ese momento entraron los skins y el punk que se habían quedado afuera, en la puerta durante todo el concierto. A ellos tampoco les sirvieron.
El Warlock, aquel tugurio en el que un escuálido se podía beber una caja de quintos mientras que otros no eran atendidos. Demoniaco.
FIN
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