La
Ouija
Les
gustaba el espiritismo, lo esotérico y las ciencias ocultas, aunque
no tenían ni idea de eso, bueno, Gabriel si, gracias a una colección
de libros que tenían sus padres y que en algún momento de sus vidas
algún vendedor de puerta fría les vendió. Un día al salir de
clase Gabriel les propuso ir a su casa, estaba solo y acaba de
comprarse una tabla de ouija. Ana y Javier aceptaron encantados,
tenían muchas ganas de probar la tabla de ouija de su amigo, esta
vez era autentica y no con trozos de papel y una copa de vidrio como
lo habían hecho antes, y no habían contactado con nadie o eso
creían. Antes de empezar la sesión, Gabriel les pregunto el signo
zodiacal a sus amigos.
-
Yo soy Virgo-, dijo Ana.
-
Y yo Géminis-, continuó Javier.
-
Muy bien, pues tu te pones aquí, y Ana aquí, no no esperad, yo
tengo que ponerme en medio de los dos.
-
¿Que signo eres?, pregunto Ana.
-
Tauro-, contesto Gabriel, - por eso voy en medio-. Una vez todos
colocados en sus respectivos puestos, por una ley que solo Gabriel
conocía, pusieron uno de sus dedos índice sobre el puntero. - Esta
bien, empecemos. ¿Hay alguien ahí?-, y en un principio no paso
nada, pero justo cuando iba a preguntar de nuevo, si les estaba
acompañando alguien o algo, en ese momento el puntero se movió
hacia el SI. - Quien eres-, prosiguió Gabriel, y el puntero empezó
a deletrear: E-L D-E-L O-T-R-O D-Í-A.
-
¿El del otro día?-, pregunto Ana, tan vivaz como siempre, - pero si
no salio nada-, y de pronto empezó a sonar el teléfono. Ring,
Riiiiing...
-
Cógelo Gabriel, puede ser importante...
Gabriel
separo su dedo índice del puntero y sintió como si hubiera tenido
contacto con electricidad.
-
Argh! maldita sea...-, llegó al teléfono después de seis tonos y
descolgó. Al otro lado un sonido indescriptible se juntaba con una
voz gutural que no entendía lo que decía. Aguanto seis segundos y
colgó. -chicos sera mejor que dejemos esto, me parece que hemos
contactado con un demonio-.
-
¿Y eso es bueno o malo?, preguntó Javier.
-
¿Tu que crees tonto lava?, le respondió Ana.
-
No os preocupéis, se como devolverlo a su averno, lo que tendríamos
que sacrificar a un animal, y si con eso no fuera suficiente,
tendríamos que sacrificar a un ser humano-, pensó.
Antes
de que salieran de casa una explosión en la cocina les dejó
anonadados sin que por suerte sufrieran daños graves salvo sus
tímpanos, que emitían un pitido que les acompañaría durante
horas.
-
¡Rápido, salgamos por el patio!, les ordeno Gabriel, - seguidme, no
tenemos mucho tiempo, o nos matará.
-
¡¿Quien nos matara?!
-
¡El demonio estúpido!
-
¿Que demonio?
Es
verdad, pensó Gabriel, y regresó al interior de la vivienda para
coger la tabla de ouija y su libro de demonología.
-
Si sabemos de que demonio se trata le podemos atrapar en su sello en
el lugar que queramos, ¡venga iremos a la vía muerta para que nos
diga quien es!
Y
entre regañadientes se convencieron de que era lo mejor que podían
hacer o de otro modo el demonio acabaría con sus vidas no sin antes
poseerlos.
Ya
en la vía muerta y en el ocaso del día se apresuraron para
contactar con el demonio.
-
¡¿Estas ahí?!
Y
el puntero se movió hacia el SI.
-
¡¿Quien eres?!
-
…
-
Ey, ey, ay, ay, que estoy teniendo mucho frío de golpe, ¡¿arghhh
que me pasa?!
-
¡Mierda, esta entrando en su cuerpo!, ¡deprisa Ana di junto a mi!
“Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el
Divino Poder a este demonio. Amén” Y su amigo comenzó a hablar en
el mismo idioma que había escuchado al otro lado del teléfono,
hasta que se desmayó.
-
¡Bien, volvamos a la tabla!
-
¡Por el poder que el Príncipe de la Milicia Celestial me a otorgado
te obligo a que me digas quien eres!
-
¡M-O-L-O-C-H!-, y la tabla salio disparada hacia arriba.
-
¡No me asustas Moloch, se como devolverte a la dimensión de la cual
provienes!, ¡Ana toma mi libro y lee la oración que se describe
debajo del sello de Moloch cuando yo te diga!
Gabriel
que siempre llevaba una daga encima la utilizó para hacerse un corte
horizontal sobre su mano y seguidamente se apresuró a pintar el
sello de ese demonio sobre el suelo.
-
¡Ahora Ana, pronuncia la frase!-, pero Jorge despertó del letargo y
le dio un empujón a Ana que salió disparada unos metros hasta darse
contra un árbol con el que se partió un brazo. El libro fue
alcanzado por Jorge que volvia a estar poseido por el demonio y
empezó a devorar las paginas del mismo. Cuando Gabriel se recompuso
del shock el demonio había destrozado el libro y se abalanzó sobre
el, entre ellos se disputó una pelea en la que el demonio golpeaba
con violencia a su adversario que en uno de esos golpes hizo que la
daga saliera disparada por los aires. Ana que recobro el conocimiento
recordó como era la frase que tenia que decir y la pronunció a los
cuatro vientos haciendo que el demonio gritara y se moviera de manera
extraña. En un ultimo movimiento alcanzó la daga y se apuñalo
varias veces en el torso antes de que una luz resplandeciente se
apoderara de su amigo e hiciera que el demonio saliera de el.
Al
día siguiente la policía detuvo a Gabriel por presunto homicidio en
primer grado y a Ana también por cómplice. La tabla de ouija no
apareció por ningún lado, quien sabe si la recogió alguien que
pueda volver a traer a la Tierra a uno o varios demonios.
FIN
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