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lunes, 23 de julio de 2018

Mientras usted mira hacia otro lado - Capitulo 2 - Picándose

Picándose

Tenia 16 años cuando probo por primera vez la heroína. Vivía en el polígono sur de la ciudad de cristal, allí la vida era dura, ya que cada día habían palos, yonquis y navajazos. Un día que estaba sintiendo la necesidad de tomar la droga que estaba arrasando entre la juventud, sobretodo, fue al dormitorio de sus padres que en ese momento no estaban en casa y empezó a registrar los cajones en busca de dinero. Le llevo un tiempo encontrar el ansiado botín, había billetes de 1.000, 2.000, 5.000 pesetas y uno de 10.000 pesetas. Cogió dos de 5.000 y se los metió en el bolsillo de su apretado tejano que le hacia marcar paquete. Rápidamente salio de casa, ya estaba temblando, pero la droga estaba cerca, desgraciadamente. Entro en la manzana de los gitanos y saludo al Chapiri que era un gitano ex legionario muy respetado en el barrio por su sentido de la protección de los suyos. En seguida llego al portal 58, y dentro del portal había un yonqui pinchándose debajo de las escaleras. Picó al bajo primera y espero unos instantes antes de que una voz dijera: -¿Cuanto?
- Dame dos papelas de caballo y una postura de chocolate.
- ¿Rubia, chicha, apaleao?
- Apaleao, dijo ingenuamente sin saber como sabían los distintos tipos de hachís.
- Vale, espérate ahí.
En ese momento el yonqui que estaba pinchándose se le acerco por la espalda y le saco un pincho que se lo puso en el cuello.
- Cuando el gitano te de eso te vas a venir conmigo, ¿de acuerdo niño?
- Vale.. Vale...
Se volvió a abrir la mirilla que permitía hacer el trapicheo y le dio lo suyo.
- Venga niño vamos p'aqui...
- Vale, pero no me hagas nada...
El yonqui le arrincono en una esquina del portal y le robo las dos papelas de caballo. En seguida se fue como alma que lleva el viento.
- Mierda, pensó el chabalito, tengo que volver a robarle a mis padres...
Se dirijio a su casa y cuando entro en el piso sus padres estaban en casa.
- ¿Donde estabas?, dijo su padre en un tono severo.
- Nada que e ido a jugar al fútbol a la pista.
- ¿A estas horas?, ¿tu te piensas que tu padre es tonto? y le dio un ostion en toda la cara. ¿Donde esta el dinero que has cogido de la mama?
- No se, no se, yo no se nada...
- ¡¿Como que no sabes nada?!
- Papa que me estoy pinchando...
-¡¿Comooo?!
- ...
- Pero como te has metido en eso hijo mio que eso solo trae ruina... ay ay ay por mi madre, que mi hijo, ay ay ay no puede ser...
- Encima me a robao un yonqui.
Se hizo un silencio y cuando su padre reacciono de la conmoción dijo con toda seguridad:
- Vale, vamos a buscarle.
Su padre, tenia los cojones como dos melocotones de grandes y le sobraban huevos para partirle la cara a cualquiera que le hiciera algo a su hijo y su familia.
- Vamos, coge las llaves.
Y se dirigieron los dos a toda prisa hacia la calle.
- ¿Por donde a sido?
- En la manzana de los gitanos...
- ...
En ese momento una patrulla de la policía nacional hizo su aparición en la calle y un coche al otro extremo de la calle quemaba ruedas para salir pitando inmediatamente.
- Padre, padre, ¡ahí esta es ese!
Pero no le dio tiempo a advertirle que llevaba un pincho y el padre se abalanzo sobre el yonqui con una furia sin igual. En un principio el desgraciado se asusto pero en un rápido juego de manos saco el bardeo y le asesto una puñalada en el vientre.
- ¡Padre!, grito mientras su padre se caía poco a poco al suelo. Había sido una mojá certera.
- ¡Hijo de puta!, ¡Me cago en tus muertos!
Y el yonqui se fue corriendo mientras José intentaba auxiliar a su padre.
Algunas personas estaban mirando y este les gritó:
- ¡Llamar a una ambulancia!, ¡llamar a una ambulanciaaa!
La ambulancia no llegaba y tras largos minutos de agonía su padre agonizando le dijo:
- Hijo, hazlo por la mama y dejo de respirar...
- ¡No, papa, papa, no te mueras por favor!, decía José envuelto en lágrimas, papa...
FIN

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