Lesutamu
Rogelio vivía en el campo. Tenia una casa que heredó de sus
padres y estos de sus abuelos y tenían heras al rededor de hierba
dura y seca por las inclemencias del tiempo.
La casa tenia un
desván en el que Rogelio tenia un telescopio con el que mirar a las
estrellas, era su hobby y se podría decir que era un aficionado de
la astrología.
Aquella noche la vía láctea brillaba como nunca
y Rogelio apunto su telescopio en sentido inverso a esta. En un
principio no vio nada, de hecho le costo encontrar un paralelismo que
le permitiera ver algo aunque fueran restos de basura espacial.
Cuando por fin logro fijar su objetivo en lo que el creía que era
Jupiter, un OVNI atravesó su mirilla telescópica y Rogelio sintió
una fuerte emoción. El estaba seguro de que no estábamos solos en
el universo, faltaría mas, pensaba. La biblioteca de su casa estaba
compuesta de libros de J.J.Benitez, Isaac Asimov, H.G.Wells, y otros
genios de la ciencia ficción entre otras lecturas interesantes.
Esa
noche le costo dormir, conmocionado por el OVNI que había visto,
soñaba con establecer contacto con vida alienígena alguna vez en la
vida.
Al día siguiente despertó en un puesto de mando de una
nave espacial y desde entonces su vida como ser humano se catapultó
hacia lo mas alto.
Seres de gran envergadura y gigantescas cabezas
compuestas de grandes ojos y minúsculas orejas dibujaban extraños
dibujos en el aire que dejaban una aureola de brillante azul
turquesa.
Intentó hablar, pero sus acompañantes ya sabían lo
que iba a decir ya que dominaban la telepatía. De pronto un bebe
alíen empezó a desprender una fuerte luz fría de su interior y una
aura de brillante plasma se formo a su alrededor como si de una
protección se tratara. El gato que era el único ser terrestre junto
a Rogelio había intentado ronronear con el bebe alíen y este lo
dejo anonadado. De pronto una voz retumbó en su cabeza.
- Ser
humano, estas aquí porque tu deseo de conocernos nos fue transmitido
por un ente que vivía contigo en tu casa, aunque tu no lo supieras.
- Increíble, pensaba Rogelio.
- Vas a conocer nuestro planeta
y nuestra galaxia, prepárate para un viaje de millones de años luz,
no te preocupes, llegaremos mas pronto de lo que te imaginas.
-
¿Como lo hacéis?, Quiero, quiero saberlo todo.
- Tranquilo
terrícola, pronto sabrás mas de lo que imaginas.
Y la nave
espacial desapareció en el espacio tiempo que ocupaban.
-
Bienvenido a Lesutamu.
- ¡Uooohhh!
Una vista desde la
atmósfera del nuevo planeta, al parecer habitado, se mostraba ante
Rogelio.
- Es maravilloso, ¡fascinante!
- Te enseñaremos como
vivir sin perjudicar al medio ambiente ya que en nuestro planeta es
como a lo que vosotros llamáis Dios.
- Soy todo oídos.
- En
Satinaliu viven alrededor de dos cientas familias, es una de nuestras
mayores colonias, y la que mas hace por el medio ambiente ya que cada
día destinamos una parte de nuestro tiempo a conectar internamente
con nuestro planeta. Te enseñaremos a hacerlo.
- De acuerdo.
Y
en ese instante sonó el despertador de su dormitorio y para
decepción de Rogelio solo fue un sueño. Pero un sueño que le haría
ver, tratar y vivir con su planeta de una mejor forma.
FIN
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