Tren al Area
Esa tarde Jonathan cumplía diez y seis años y a las cinco de la
tarde ya había un buen contingente de chavales en su casa celebrando
su cumpleaños con cerveza y hachís.
- ¡Vamos al Area!, grito
uno de ellos.
- ¡Vamos va!, dijo otro todo convencido, y así
hicieron todos los demás.
Ya en el tren dirección Sabadell Sur
se encontraron con otro contingente de chavales que venían del
Llobregat. Los chavales que venían del sur de Barcelona venían con
ganas de bronca casi siempre.
Desembarcaron juntos ambos
contingentes en la estación pero no hubo ningún enfrentamiento, aun
no habían tomado demasiado alcohol.
Había unos dos kilómetros
desde la estación a la discoteca de la Zona Hermética. Por el
camino se hicieron unos porros y se iban riendo de cualquier
tontería. En menos que canta un gallo llegaron a la discoteca.
Desde fuera se escuchaba la música que irradiaba de la discoteca
y se pusieron en la cola para entrar a esta.
Para entrar había
que pasar por un detector de metales que solo funcionaba cuando a los
porteros les daba la gana ya que uno de ellos entro con una navaja y
aquello no lo detectó.
Una vez dentro se pidieron un combinado
de alcohol y refresco ya que entraba con la entrada y se pusieron en
la zona de la discoteca en la que se juntaba la gente de su barrio.
- ¿Quieres rollo con mi amiga?, le dijeron a Héctor.
-
¿Quien es?, dijo, mientras pensaba que ya podría ser ella quien
quisiera rollo.
- Aquella que esta bailando allí.
- Uff, no
no es igual... era una gorda y además parecía estar borracha.
-
¿Quieres pastillas?, le dijo un camello que rondaba por ahí.
-
No, gracias. Aun era demasiado joven y aquello le dio respeto.
-
¡Vamos Areaaa!, grito el DJ mientras preparaba un subidon con su
tabla de mezclas.
Llegaron las ocho de la tarde y el personal de
seguridad comenzó a echar a la gente hacia la sala adyacente a la
principal.
Tras unos bailoteos estando en lo mas alto del morao la
musica dejo de sonar cosa que indicaba que se tenian que ir ya.
El
trayecto de vuelta hacia la estación se hizo cortísimo y en seguida
estaban en el anden de la estación en el que también estaban los
chavales del Llobregat.
Uno de ellos se acerco a uno de nuestros
protagonistas para pedirle un cigarro y la contestación fue
negativa.
- Tsss, dejo escapar el chaval que pedía un cigarro.
-
Como que "tsss" dijo uno.
Y hubo unos instantes de
tensión entre ambos bandos, pero en ese momento llegó el tren y no
paso nada.
Dentro del tren los del Llobregat empezaron a cantar y
a dar palmas. Bartolo que era uno de sus mejores hombres dijo a plena
voz.
- ¡Menudos payasos!, y uno de los del otro bando se altero y
le dijo, -¡¿Que, que?!, y le soltó un puñetazo. En seguida sus
compinches se abalanzaron sobre el y se formo un pleito.
Cuando
Bartolo logro escaparse de la orda que le linchaba se suspendió de
la barra central que colgaba del techo del vagón de tren y le dio
una patada frontal en la cara a uno de ellos.
Solo eran tres
minutos desde Sabadell Sur a su destino en la próxima estación pero
se hicieron mucho mas largos.
Una vez en la siguiente estación
alguien tiro de la manilla de emergencia y el tren estuvo detenido
mas de diez minutos.
Durante ese tiempo una lluvia de piedras
llovió de las manos de los locales hacia el tren de los forasteros.
- ¡Jonathan a donde vas! y por la otra vía un tren de
mercancías a toda velocidad arraso con su vida.
FIN
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