Wes Craven y Sean S. Cunningham se dieron a conocer con una cinta de bajo presupuesto que se alzaría como uno de los títulos más influyentes en la década de los 70. Un film que terminó llamándose "La última casa a la izquierda".
Cunningham y Craven, recien terminado el rodaje de un documental de sexo que llevaba el título de "Together", consiguieron de la Hallmark Releasing Corporation los 54.000 dólares que necesitaban para la película (el coste final, una vez hinchado a 35mm, fue de 90.000) y el encargo de hacer la película más salvaje y éxplicita que pudieran. El realizador comentó en una entrevista que la idea se la proporcionó el visionado de "El manantial de la doncella" (1959) de Bergman, basada en una vieja leyenda sueca en la que un rey tomará venganza sobre un grupo de pastores que violan y matan a una de sus hijas. El primer boceto del libreto (por entonces llamado "Night of vengeance") lo tuvo listo en sólo un par de semanas. El guión sufriría muchos recortes por parte de sus responsables durante la gestación de éste (a los que hay que sumar los que sufrió una vez rodado en la fase de postproducción, más los que le propinó para su estreno el comité censor).
Una vez acabado el guión comenzó el casting. Uno de los primeros elegidos fue David Hess (recomendado por Martin Kove a quien le habían asignado el papel del ayudante del sheriff y que por entonces vivía con la hermana de Hess), que encarnaría a Krug, el líder de los malhechores. El propio Hess compuso buena parte de la BSO -Tarantino usó una canción de éste para "Los odiosos ocho" (2015)-.El especialista Fred Lincoln sería el "comadreja", y fue él quien les llevó a una amiga, Jeramie Rain, quien completaría el trío de psicópatas en el rol de la lesbiana Sadie. Sandra Peabody sería Mari, cuyos padres tomarán justa venganza contra los asesinos de aquella. La otra aodlescente fue interpretada por Lucy Grantham, que procedía del mundillo del porno y que, al igual que Lincoln, había participado en "Together". El resto del reparto se completó con amigos, conocidos y familiares de los implicados en el film.
Fue un rodaje de guerrilla, filmado a toda prisa, cámara al hombro. El propio Craven reconocía que no tenía ni idea de técnica alguna y fue aprendiendo conforme avanzaba el rodaje y en la postproducción. Y sería precisamente ese estilo de film-verité lo que le daría ese mal rollo a la cinta que tan bien le vino para causar mal rollo al espectador.
David Hess estaría vinculado a esta película y al cine de esplotación por el resto de sus días. En italia repetiría el papel de Krug en diversas ocasiones, la más clara fue en "Trampa para un violador" (1980), casi un remake de aquella, dirigida por Ruggero Deodato (con quien volvería a trabajar en 1987 en el slasher "Criatura diabólica"), sin olvidar la tan mutilada en su día "El cínico y la casada"/"Autostop sangriento" (1977), de Pasquale Festa Campanile junto a Franco Nero y Corinne Cléry.
Como curiosidad el chico para todo fue Steve Miner, futuro director de secuelas de sagas de terror y creador de alguna que otra.
Los primeros estrenos de la película fueron en autocines de Massachusetts con resultados muy flojos bajo diversos títulos que no llegaban a cuajar: "Krug and company: equal opportunity destroyers", "Sex crime of the century" o "Grim company". Fue un publicista de la Hallmark, el avispado David Whitten, quien propuso el definitivo de "La última casa a la izquierda" y la recordada frase publicitaria de "Para evitar desmayos no deje de repetirse esto es sólo una película".
Sería la cinta que instauraría definitivamente uno de los filones más rentables (y misóginos) de la exploitation (no sólo en USA) de la década, las denominadas "rape-and-vengeance-movies".
Como tantos filmes de terror de los 70 y 80, "La última casa a la izquierda" no se libró de tener un remake en el presente siglo, concretamente en 2009 a manos de Dennis Iliadis, que al contrario de su modelo tenía tan buena factura como flojos los resultados.
Fotograma cortesía de Alfonso Romero
Trailer:
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