Desechable

Un relato especial Hispano-Mexicano de Horror para estos Días de Muertos

Desechable

Era de noche, Néstor estaba con su pandilla de repudiados molestando en la calle una vez mas, para variar. Había una chica entre los siete u ocho que había con ellos, sostenía una botella de litro marca Xibeca, la apretó al ver a un hombre que podría ser su padre acercándose agresivamente a ellos.

El hombre al parecer había estado toda la noche de bares y llevaba una cogorza considerable, tanto que se encendía todos los cigarros del revés, ya que eran negros y el hombre no veia tres en un burro. Entre tanto los drugos y la chica también fumaron mientras observaban en silencio a ese hombre.

De pronto Jessi le dice al hombre: -¡No me consigues divertir!-, y el hombre le responde a la pared; “¡Esa la hice yo!”, lo que creó confusión entre el grupo de jóvenes. Uno de ellos le pidió la botella a Jessi para reventársela en la cabeza a ese hombre borracho que hablaba de más pero el hombre antes del movimiento le dijo con los ojos bien abiertos;

- ¡¿Tu conoces a los Desechables?!-, y Toni le dijo; -Si, los escuchaba mi hermano…-.

- ¿Quien es tu hermano?, dijo el hombre con cara de pocos amigos.

- Uno-. Contestó Toni.

- Pues yo soy el baterista de los Desechables-. De pronto y antes de que los muchachos se rieran, hizo aparición una patrulla de la Policía Local. Les sucedió lo de siempre, les hicieron sacar las cosas que querían de sus bolsillos y les cachearon superficialmente con que las drogas y las armas no iban a buscar.

- Bien muchachos, señorita, que tengan buenas noches.

- Buenas noches Señor Marcos-, dijeron todos al unisono.

Al cabo de unos días, Toni acaba de llegar en el tren del pueblo de al lado donde iba a hacer el amor con Jessi, en su casa. Y vio al supuesto baterista de Desechables como se bajaba del tren por la puerta de al lado. Ya había estado sintiendo que alguien le miraba durante el trayecto de una estación en el tren, pero no conseguía saber bien quien le observaba atentamente. Por lo que siguió al hombre desde la estación, sin que se diera cuenta, por varias calles por las que el hombre deambulo antes de llegar a un portal en la calle principal de la ciudad y al abrirlo Toni se metió detrás de él pues el hombre dejó la puerta del portal abierta. Dentro estaba oscuro, solo una luz encima del ascensor alumbraba un poquito delante de este y nada más. Toni espero en las sombras como el Señor de los Desechables esperaba delante del ascensor y hasta que se introdujo dejando la puerta abierta del ascensor. Toni titubeo unos instantes y se acercó hacia el ascensor con esmero. No había nadie cuando miro en su interior.

Eso dejó a Toni muy angustiado algún tiempo pero empezó a escuchar las cintas de Desechables de su hermano y con el tiempo tuvo una banda de Punk que se llamaban Dei Pei y tocaban canciones de Desechables a modo de tributo. Esa experiencia con la muerte fue tan cercana para Toni que de amarla tanto un día se suicidó y en Días de Muertos a ese ascensor le ofrecen cosas sus amigos y Jessi, que todavía estaba enamorada de él. 

FIN